
Texto: Iana Melamed
Fotos: Viacheslav Stoianov
Revisado en Español por: Nicky Vargas
y la edición de:
Konstantin Kostovski
15.10.15
Hoy es un día especial para nosotros, porque vamos a hacer una presentación en el museo Fild, conocido mundialmente. Es un gran honor, la perla en la biografia de nuestras presentaciones.
Por la mañana le enseño a Slav la presentación que había preparado especialmente para los científicos del museo, después preparamos algo para comer y salimos.
Por suerte pillamos el momento en el que no había nada de trafico. Todos los coches están en los aparcamientos-rascacielos, esperando a que se acabe el diaa laboral, para convertir calles y avenidas en una inmensa trampa. Llegamos al museo y, por primera vez en nuestro viaje, se me pincha una rueda. Bueno, al menos pasó justo delante del museo y no a dos horas de allí. También es mala suerte, no llevamos herramientas para cambiarla y no tengo ganas empujar 12km de vuelta. Me urge un teléfono ¿alguien tiene teléfono, puedo usar su teléfono? Kris va a venir en coche y si todavía no ha salido puede traernos las heramientas. Todo arreglado, aunque Kris ya ha salido de casa, vendrá en coche tendremos transporte para mí y mi pobre bici.
Poco antes de la presentación digo a Mateu que estoy encantada haber visto a los leones de Cavo. En ese mismo instante aparece la persona que les ha estado estudiando durante un montón años, incluso vivió 5 años en Cavo con ellos. Hablando sobre ellos me comenta, que son calvos, porque allí hace mucho calor.
Poco a poco la gente se reúne, nosotros tambien reunimos pensamientos y ¨cantamos nuestra cancion¨. Salió muy bien, al final hubo un equilibrio genial entre el objetivo de la expedición y nuestra inolvidable aventura.
Más tarde nos entrevistaron para la televisión búlgara en Chicago, después de la cual un guía nos enseña todo el museo, nos lleva a ver cómo funciona todo tras las cortinas, cómo el mismo museo se ocupa de la basura, de las bicicletas, de sus jardines y cómo protege el medio ambiente. El museo es enorme, gigantesco, tiene miles de exposiciones. Decidimos visitar solo la sección de los indios nativos. Cuando el museo cierra sus puertas yo y mi 4olix volvemos en coche con Kris, mientras Slav se va para casa con el Kon-a (juego de palabras con la marca de bicicleta Kona y la palabra bulgara Kon, que significa caballo, también el nombre que Slav le ha puesto a su bicicleta). A pesar del trafico conseguimos volver a casa antes del Kon-a. Poco después llegan Slav y Kery. solo esperamos a que aparezca nuestro amigo Joro; nos va a llevar a un restaurante búlgaro.
El restaurante es un restaurante tradicional y está lleno de búlgaros, por un momento sentimos que estamos de nuevo en nuestro país. La comida estaba muy rica, a Kris y a Kery les gustó mucho.
Fotos: Viacheslav Stoianov
Revisado en Español por: Nicky Vargas
y la edición de:
Konstantin Kostovski
15.10.15
Hoy es un día especial para nosotros, porque vamos a hacer una presentación en el museo Fild, conocido mundialmente. Es un gran honor, la perla en la biografia de nuestras presentaciones.
Por la mañana le enseño a Slav la presentación que había preparado especialmente para los científicos del museo, después preparamos algo para comer y salimos.
Por suerte pillamos el momento en el que no había nada de trafico. Todos los coches están en los aparcamientos-rascacielos, esperando a que se acabe el diaa laboral, para convertir calles y avenidas en una inmensa trampa. Llegamos al museo y, por primera vez en nuestro viaje, se me pincha una rueda. Bueno, al menos pasó justo delante del museo y no a dos horas de allí. También es mala suerte, no llevamos herramientas para cambiarla y no tengo ganas empujar 12km de vuelta. Me urge un teléfono ¿alguien tiene teléfono, puedo usar su teléfono? Kris va a venir en coche y si todavía no ha salido puede traernos las heramientas. Todo arreglado, aunque Kris ya ha salido de casa, vendrá en coche tendremos transporte para mí y mi pobre bici.
Poco antes de la presentación digo a Mateu que estoy encantada haber visto a los leones de Cavo. En ese mismo instante aparece la persona que les ha estado estudiando durante un montón años, incluso vivió 5 años en Cavo con ellos. Hablando sobre ellos me comenta, que son calvos, porque allí hace mucho calor.
Poco a poco la gente se reúne, nosotros tambien reunimos pensamientos y ¨cantamos nuestra cancion¨. Salió muy bien, al final hubo un equilibrio genial entre el objetivo de la expedición y nuestra inolvidable aventura.
Más tarde nos entrevistaron para la televisión búlgara en Chicago, después de la cual un guía nos enseña todo el museo, nos lleva a ver cómo funciona todo tras las cortinas, cómo el mismo museo se ocupa de la basura, de las bicicletas, de sus jardines y cómo protege el medio ambiente. El museo es enorme, gigantesco, tiene miles de exposiciones. Decidimos visitar solo la sección de los indios nativos. Cuando el museo cierra sus puertas yo y mi 4olix volvemos en coche con Kris, mientras Slav se va para casa con el Kon-a (juego de palabras con la marca de bicicleta Kona y la palabra bulgara Kon, que significa caballo, también el nombre que Slav le ha puesto a su bicicleta). A pesar del trafico conseguimos volver a casa antes del Kon-a. Poco después llegan Slav y Kery. solo esperamos a que aparezca nuestro amigo Joro; nos va a llevar a un restaurante búlgaro.
El restaurante es un restaurante tradicional y está lleno de búlgaros, por un momento sentimos que estamos de nuevo en nuestro país. La comida estaba muy rica, a Kris y a Kery les gustó mucho.
16.10.15
El ultimo día en Chicago. Es algo totalmente diferente pararse en un sitio como Chicago. Esta ciudad tiene su propio tiempo su propio ritmo. Normalmente cuando paramos en algún lugar el tiempo se para con nosotros, mientras aquí escribí montones de cosas sobre nuestra estancia en Chicago.
Tenemos que aprovechar el día para hacer algunos trabajos. Tenemos que cambiar las cubiertas delanteras y ponerlas como traseras, apretar tornillos, limpiar, engrasar...
Despues sacamos a Kormak y nos vamos al parque, donde vamos a ver a Kery. Es super guay pasear por las calles de Chicago con un perro con correa, como si fuéramos de aquí. La gente nos mira y supongo que piensan que hemos salido con el perro y el frisbi para reunirnos con nuestros vecinos en el parque. Hasta recogemos todas las cacas, unos ciudadanos ejemplares. En el parque divisamos a Kery desde lejos y jugamos un rato con el frisbi. Al principio corremos más de lo que pensábamos, yo misma no he jugado a esto desde que era niña y Slav... quién sabe desde cuándo. Nos costó unos minutos entrar en forma y empezar a disfrutar. Después nos dimos un paseo por el parque, es curioso ver cuánta gente hay pescando en el lago del parque en el centro de esta enorme ciudad.
Poco maas tarde volvemos a casa, quiero preparar una típica comida búlgara para cenar y necesito tiempo. Al final no salió nada mal, me pongo un 7 sobre diez.
El ultimo día en Chicago. Es algo totalmente diferente pararse en un sitio como Chicago. Esta ciudad tiene su propio tiempo su propio ritmo. Normalmente cuando paramos en algún lugar el tiempo se para con nosotros, mientras aquí escribí montones de cosas sobre nuestra estancia en Chicago.
Tenemos que aprovechar el día para hacer algunos trabajos. Tenemos que cambiar las cubiertas delanteras y ponerlas como traseras, apretar tornillos, limpiar, engrasar...
Despues sacamos a Kormak y nos vamos al parque, donde vamos a ver a Kery. Es super guay pasear por las calles de Chicago con un perro con correa, como si fuéramos de aquí. La gente nos mira y supongo que piensan que hemos salido con el perro y el frisbi para reunirnos con nuestros vecinos en el parque. Hasta recogemos todas las cacas, unos ciudadanos ejemplares. En el parque divisamos a Kery desde lejos y jugamos un rato con el frisbi. Al principio corremos más de lo que pensábamos, yo misma no he jugado a esto desde que era niña y Slav... quién sabe desde cuándo. Nos costó unos minutos entrar en forma y empezar a disfrutar. Después nos dimos un paseo por el parque, es curioso ver cuánta gente hay pescando en el lago del parque en el centro de esta enorme ciudad.
Poco maas tarde volvemos a casa, quiero preparar una típica comida búlgara para cenar y necesito tiempo. Al final no salió nada mal, me pongo un 7 sobre diez.
17.10.15
Llego el día en el cual tenemos que dejar Chicago atrás. No tenemos ninguna gana, pero por otro lado algo dentro nos llama a seguir. Decimos adios a nuestros anfitriones, ya con ganas de poder volver vernos. Fue tan raro nuestro encuentro con ellos, como si nos conociéramos de toda la vida y estuviéramos en Chicago solo para visitarles. En realidad desde niña me he sentido como un personaje de ¨El show de Truman¨. Todo lo que pasa está dirigido especialmente para mii, es bueno que no haya manera de que no sea verdad. Simplemente quiero decir que estoy muy agradecida de pasar varios días y mi cumple entre amigos.
12km mas tarde me doy cuenta de que he olvidado todas las matriculas que colecciono desde el inicio del viaje. Me lo trago y continuamos. Qué podemos hacer… Me siento mal por eso, pero son cosas que pasan. Cuanto más cosas tienes fuera de las alforjas más difícil es cuidar de todo. El camino de hoy son 110km en una carretera ciclista, es super bonito.
Hoy sucede un milagro, el viento por fin cambia la dirección y sopla a favor. No puedo creerlo, ya me habia mentalizado a que soplara en contra hasta la misma Tierra de Fuego. Además hoy no hemos parado ni una vez, ni para café, ni para nada.
Al final de día llegamos al parque nacional ¨Las dunas¨, donde queremos pasar la noche. Por desgracia el camping esta a tope y no nos dejan entrar. Y eso que por primera vez queríamos pagar 5$ por dormir en un camping. El parque está al lado del lago Michigan y hay dunas de 1500m de altura, pero desafortunadamente no vamos a tener la oportunidad de conquistarlas. Al menos hemos encontrado un caminito que rodea el lago y nos paramos en el primer lugar donde hay bastante espacio para dormir.
Es un lago muy raro, parece el mar con su enorme tamaño, las olas, las gaviotas, el olor y por lo que se pierde la vista en el horizonte... Solo la sombra de Chicago se ve al otro lado, allí lejos, lejos...
Llego el día en el cual tenemos que dejar Chicago atrás. No tenemos ninguna gana, pero por otro lado algo dentro nos llama a seguir. Decimos adios a nuestros anfitriones, ya con ganas de poder volver vernos. Fue tan raro nuestro encuentro con ellos, como si nos conociéramos de toda la vida y estuviéramos en Chicago solo para visitarles. En realidad desde niña me he sentido como un personaje de ¨El show de Truman¨. Todo lo que pasa está dirigido especialmente para mii, es bueno que no haya manera de que no sea verdad. Simplemente quiero decir que estoy muy agradecida de pasar varios días y mi cumple entre amigos.
12km mas tarde me doy cuenta de que he olvidado todas las matriculas que colecciono desde el inicio del viaje. Me lo trago y continuamos. Qué podemos hacer… Me siento mal por eso, pero son cosas que pasan. Cuanto más cosas tienes fuera de las alforjas más difícil es cuidar de todo. El camino de hoy son 110km en una carretera ciclista, es super bonito.
Hoy sucede un milagro, el viento por fin cambia la dirección y sopla a favor. No puedo creerlo, ya me habia mentalizado a que soplara en contra hasta la misma Tierra de Fuego. Además hoy no hemos parado ni una vez, ni para café, ni para nada.
Al final de día llegamos al parque nacional ¨Las dunas¨, donde queremos pasar la noche. Por desgracia el camping esta a tope y no nos dejan entrar. Y eso que por primera vez queríamos pagar 5$ por dormir en un camping. El parque está al lado del lago Michigan y hay dunas de 1500m de altura, pero desafortunadamente no vamos a tener la oportunidad de conquistarlas. Al menos hemos encontrado un caminito que rodea el lago y nos paramos en el primer lugar donde hay bastante espacio para dormir.
Es un lago muy raro, parece el mar con su enorme tamaño, las olas, las gaviotas, el olor y por lo que se pierde la vista en el horizonte... Solo la sombra de Chicago se ve al otro lado, allí lejos, lejos...
18.10.15
Es una mañana húmeda y fría, el viento nos susurra a tener prisa, que el invierno se está acercando. Hay días que es difícil levantarse y empezar, aun más cuando hace friio, todo está mojado y te has puesto toda la ropa que llevas. Slav esta muy amargado y borde hoy, en realidad está así desde ayer, porque hicimos 110km sin comer ni descansar. El hambre y el cansancio muchas veses afilan el corte de la maldición. Intento no hacerle caso, tanto hoy como ayer, además intente animarlo contándole mi sueño de anoche, pero tampoco le ayudo. Y eso que tuve un sueño divertido. Se trataba de unos amigos de Canada, Ian y Shery, que se habían separado. Yo había ido a visitarles sin saberlo y encontraba a Ian con otra mujer. La mujer era muy malvada y siempre le provocaba problemas. Entonces le pregunté ¨Oye Ian, estas feliz con ella?¨ a lo que él me responde que ahora al menos tiene niños y no gatos por todos los lados, con lo que lo tiene suficiente. Esa misma noche fui al baño y me encuentro a la bruja ahogándolo en la bañera con un cable. Después viene hacia mí con cara amistosa, pero sospecho que quiere matarme a mí también. Decido llegar a un trato con ella, le digo que le ayudaré a deshacerse del cuerpo. A lo que ella me responde que pensaba cocinarlo y usarlo como comida para niños. ¨Bruja malvada¨ pensé yo, mientras le explico cómo añadir verduras y especias. Vaya locura!!!
Poco antes del desayuno Slav explota cuando le pido que me acerque los espaguetis. Esto ya es demasiado, llevo una mañana dura y salto en su contra, de modo que la mantequilla termina quemada en la sartén. Eso ya fue la ultima gota, yo desayuno a un lado, él al otro. Recogemos y seguimos para alante sin hablarnos, todavía en guerra. Este momento de odio es interrumpido por una mujer llamada Dana. Vestida con viejas y gastadas ropas que parecían tener 100 años, con los dientes caídos y en mal estado, con el pelo mal peinado y unos enormes ojos azules. Conducía un viejo coche que había vivido tiempos mucho mejores, el cual difícilmente nos adelanta por la colina. Cuando abre la ventana nos damos cuenta de que también vive en el coche. Dentro del vehículo hay de todo, desde palitos de orejas hasta pan. Nos pide que la sigamos hasta el restaurante que hace esquina donde trabaja su hijo. El chico no estaba en ese momento, pero Dana quería ser útil y nos da 20$ a cada uno, mientras nos contaba dónde hay una cadena de fabricas de empaquetar, que se puede encontrar en cada ciudad, donde buscan gente para trabajar siempre y pagan al final de cada día. Dice que así se ganaba la vida hace años, cuando decidió dar la vuelta a todos los estados. Me sentí muy estúpida porque ella, la desconocida, nos trató mejor de lo que nosotros la habíamos tratado a ella. Me parece que eso también paso por la cabeza de Slav, nos sentíamos avergonzados.
Estar de mal humor y enfadados es agotador, así que terminamos el día temprano, en un pequeño pueblo, montando la tienda en un parque detrás de una clínica veterinaria. El sitio es estupendo, el otoño brilla en todo su esplendor y el mal humor de la mañana se ha desvanecido.
Es una mañana húmeda y fría, el viento nos susurra a tener prisa, que el invierno se está acercando. Hay días que es difícil levantarse y empezar, aun más cuando hace friio, todo está mojado y te has puesto toda la ropa que llevas. Slav esta muy amargado y borde hoy, en realidad está así desde ayer, porque hicimos 110km sin comer ni descansar. El hambre y el cansancio muchas veses afilan el corte de la maldición. Intento no hacerle caso, tanto hoy como ayer, además intente animarlo contándole mi sueño de anoche, pero tampoco le ayudo. Y eso que tuve un sueño divertido. Se trataba de unos amigos de Canada, Ian y Shery, que se habían separado. Yo había ido a visitarles sin saberlo y encontraba a Ian con otra mujer. La mujer era muy malvada y siempre le provocaba problemas. Entonces le pregunté ¨Oye Ian, estas feliz con ella?¨ a lo que él me responde que ahora al menos tiene niños y no gatos por todos los lados, con lo que lo tiene suficiente. Esa misma noche fui al baño y me encuentro a la bruja ahogándolo en la bañera con un cable. Después viene hacia mí con cara amistosa, pero sospecho que quiere matarme a mí también. Decido llegar a un trato con ella, le digo que le ayudaré a deshacerse del cuerpo. A lo que ella me responde que pensaba cocinarlo y usarlo como comida para niños. ¨Bruja malvada¨ pensé yo, mientras le explico cómo añadir verduras y especias. Vaya locura!!!
Poco antes del desayuno Slav explota cuando le pido que me acerque los espaguetis. Esto ya es demasiado, llevo una mañana dura y salto en su contra, de modo que la mantequilla termina quemada en la sartén. Eso ya fue la ultima gota, yo desayuno a un lado, él al otro. Recogemos y seguimos para alante sin hablarnos, todavía en guerra. Este momento de odio es interrumpido por una mujer llamada Dana. Vestida con viejas y gastadas ropas que parecían tener 100 años, con los dientes caídos y en mal estado, con el pelo mal peinado y unos enormes ojos azules. Conducía un viejo coche que había vivido tiempos mucho mejores, el cual difícilmente nos adelanta por la colina. Cuando abre la ventana nos damos cuenta de que también vive en el coche. Dentro del vehículo hay de todo, desde palitos de orejas hasta pan. Nos pide que la sigamos hasta el restaurante que hace esquina donde trabaja su hijo. El chico no estaba en ese momento, pero Dana quería ser útil y nos da 20$ a cada uno, mientras nos contaba dónde hay una cadena de fabricas de empaquetar, que se puede encontrar en cada ciudad, donde buscan gente para trabajar siempre y pagan al final de cada día. Dice que así se ganaba la vida hace años, cuando decidió dar la vuelta a todos los estados. Me sentí muy estúpida porque ella, la desconocida, nos trató mejor de lo que nosotros la habíamos tratado a ella. Me parece que eso también paso por la cabeza de Slav, nos sentíamos avergonzados.
Estar de mal humor y enfadados es agotador, así que terminamos el día temprano, en un pequeño pueblo, montando la tienda en un parque detrás de una clínica veterinaria. El sitio es estupendo, el otoño brilla en todo su esplendor y el mal humor de la mañana se ha desvanecido.
19.10.2015
A las 6.30 de la madrugada todos han llegado al trabajo y el aparcamiento de al lado esta petado de coches. Mientras recogemos las alforjas y nos lavamos los dientes nos ve un tío y se acerca para echarnos. En realidad eso fue lo mejor para nosotros, ya que hemos encontrado un sitio, aun más bonito donde preparar el desayuno. Pedaleando por unas bonitas colinas poco a poco entramos en el teritorio de los Amish. Aquí los carros sustituyen a los coches y en ninguna casa tienen electricidad. Aquí puedes ver personas trabajando al lado de los animales, recogiendo la cosecha. Aunque también hay algunos Amish más modernos que conducen tractores, Slav estaba como atontado, nunca había oído hablar de esta gente y no sabía que existieran. Aquí, aparte algún que otro coche, somos los más rápidos y adelantamos a los carros sin problemas. En el pueblo, delante de la tienda, donde hay un abrevadero para atar y dar de beber a los caballos, nos indican dónde podemos dormir. Nos enseñan un lago precioso en cuya ladera podremos montar la tienda sin problemas.
A las 6.30 de la madrugada todos han llegado al trabajo y el aparcamiento de al lado esta petado de coches. Mientras recogemos las alforjas y nos lavamos los dientes nos ve un tío y se acerca para echarnos. En realidad eso fue lo mejor para nosotros, ya que hemos encontrado un sitio, aun más bonito donde preparar el desayuno. Pedaleando por unas bonitas colinas poco a poco entramos en el teritorio de los Amish. Aquí los carros sustituyen a los coches y en ninguna casa tienen electricidad. Aquí puedes ver personas trabajando al lado de los animales, recogiendo la cosecha. Aunque también hay algunos Amish más modernos que conducen tractores, Slav estaba como atontado, nunca había oído hablar de esta gente y no sabía que existieran. Aquí, aparte algún que otro coche, somos los más rápidos y adelantamos a los carros sin problemas. En el pueblo, delante de la tienda, donde hay un abrevadero para atar y dar de beber a los caballos, nos indican dónde podemos dormir. Nos enseñan un lago precioso en cuya ladera podremos montar la tienda sin problemas.