
Texto: Iana Melamed
Fotos: Viacheslav Stoianov
Revisado en Español por Luis Bermejo
06.06.2015
Hoy nos levantamos y había parado de llover. Me acerco rápidamente a la carretera a ver si podemos seguir. Al sur hasta se puede ver el cielo entre las nubes. Pero la carretera esta fatal, hará falta mucho sol para que sea mas o menos transitable. Por desgracia el sol no sale mucho por aquí. El pronostico es que habrá sol el lunes, pero quedarnos dos días mas en la tienda es imposible, nos volveríamos locos.
Al medio día sale algo de sol con viento, mientras desayunamos y preparamos las alforjas las condiciones son aceptables para continuar. Por primera vez en el viaje veo mi sombra durante mas de media hora. El viento es muy fuerte y, claro, en contra, pero al menos ya hemos llegado al paralelo con los bosques.
Bajamos una colina mas y la carretera ya esta ideal. Se ven muchos aseos al lado de la carretera, al final podemos tirar la bolsa de la basura, que esta ya bien grande. Allí conocemos un grupo de biólogos que están aquí para observar las aves.
Poco mas tarde nos encontramos con el primer ciclista en nuestro viaje. Comparado con nuestras alforjas, bien grandes, el prácticamente no lleva equipaje. Lleva montado solo dos alforjas delanteras y cubre 160-170km al día. Una maquina.
Hoy hace un día precioso, hay una visibilidad perfecta, así que podemos disfrutar de la vista. El Creador aquí parece que fue tirando por todos lados montañas, ríos, bosques y al final se ha ido a descansar sin molestarse en organizar ni un centímetro cuadrado aburrido del paisaje. El estar aquí te hace sentir.....uf, es inexplicable.
Lo único que me preocupa por el momento es que la carretera ya esta abierta. Los monstruos, llamados camiones, conducen con 300, pero al menos son tolerantes y nos dejan bastante espacio. De vez en cuando pasan unos con supercargas. Dios, la carga es brutal, ocupan hasta dos carriles. Hoy me encontré con el miedo mas grande que tengo. Uno de los monstruos pasó al lado mía, a solo un metro de mi, arrastrado dos cisternas y hasta que me adelantó paso una eternidad, casi se me paró el corazón. No me asusté tanto ni cuando el Grizzli se acerco a tomar café.
Pero lo importante es, que ya hemos llegado a la zona pavimentada. Por eso paramos para celebrarlo con un cafelito calentito y comida. Al instante nos recuerdan, que eso no es sólo el país de los osos, si no de los mosquitos. Son terribles, pero menos mal que el viento es fuerte, así que no pueden molestarnos mucho. Son como helicópteros, les odio, ¡pero ellos me aman!
Ya, 80km mas tarde siento dolor en los hombros y el trasero. Eso empieza a cansarme mucho y me siento como que nunca llegaremos a Coldfoot. Y esos camiones grandes.... Me dará un infarto si uno mas pasa al lado mía...
Al final llegamos al pueblo, lo hemos conseguido. El trasero es mas feliz que yo. Hoy conseguí un récord personal- 110km. Estoy muy cansada, pero tan feliz de que hemos llegado, que el cansancio da un paso por atrás frente la felicidad. Slav esta cansado también, pero no lo reconoce, prefiere parecer enfadado.
Como auténticos búlgaros indios no ponemos a echar butano en la gasolinera, así que nos falta ayuda. Celebramos que hemos cruzado la mitad de la "autovía" con ración de patatas fritas. La diversidad alimentaria nos viene bien a los dos.
Encontramos un sitio perfecto para la tienda, pero al parar los mosquitos nos atacan. Son muchísimos y muy, pero muy pesados. Eso me trae recuerdos de los mosquitos en Bosque Negra, pero esos eran pequeñitos, mientras estos los noto cuando aterrizan en mi piel, y al chupar se siente como picadura de abeja.
El enemigo no tiene misericordia. Entran en las orejas, nariz, ojos, boca... Entran en los zapatos y pican los pies. La única salvación es matar los máximos que puedes. Nos cuesta acabarnos la comida por culpa de esos hijos de.... su madre. Por suerte conseguimos entrar en la tienda, evitando que nos sigan. Pero eso no significa, que no los escucháramos toda la noche. Se meten entre las dos capas de la tienda y son tantos, que si fueran algo mas inteligentes, podrían abrir el zip de la puerta.
Fotos: Viacheslav Stoianov
Revisado en Español por Luis Bermejo
06.06.2015
Hoy nos levantamos y había parado de llover. Me acerco rápidamente a la carretera a ver si podemos seguir. Al sur hasta se puede ver el cielo entre las nubes. Pero la carretera esta fatal, hará falta mucho sol para que sea mas o menos transitable. Por desgracia el sol no sale mucho por aquí. El pronostico es que habrá sol el lunes, pero quedarnos dos días mas en la tienda es imposible, nos volveríamos locos.
Al medio día sale algo de sol con viento, mientras desayunamos y preparamos las alforjas las condiciones son aceptables para continuar. Por primera vez en el viaje veo mi sombra durante mas de media hora. El viento es muy fuerte y, claro, en contra, pero al menos ya hemos llegado al paralelo con los bosques.
Bajamos una colina mas y la carretera ya esta ideal. Se ven muchos aseos al lado de la carretera, al final podemos tirar la bolsa de la basura, que esta ya bien grande. Allí conocemos un grupo de biólogos que están aquí para observar las aves.
Poco mas tarde nos encontramos con el primer ciclista en nuestro viaje. Comparado con nuestras alforjas, bien grandes, el prácticamente no lleva equipaje. Lleva montado solo dos alforjas delanteras y cubre 160-170km al día. Una maquina.
Hoy hace un día precioso, hay una visibilidad perfecta, así que podemos disfrutar de la vista. El Creador aquí parece que fue tirando por todos lados montañas, ríos, bosques y al final se ha ido a descansar sin molestarse en organizar ni un centímetro cuadrado aburrido del paisaje. El estar aquí te hace sentir.....uf, es inexplicable.
Lo único que me preocupa por el momento es que la carretera ya esta abierta. Los monstruos, llamados camiones, conducen con 300, pero al menos son tolerantes y nos dejan bastante espacio. De vez en cuando pasan unos con supercargas. Dios, la carga es brutal, ocupan hasta dos carriles. Hoy me encontré con el miedo mas grande que tengo. Uno de los monstruos pasó al lado mía, a solo un metro de mi, arrastrado dos cisternas y hasta que me adelantó paso una eternidad, casi se me paró el corazón. No me asusté tanto ni cuando el Grizzli se acerco a tomar café.
Pero lo importante es, que ya hemos llegado a la zona pavimentada. Por eso paramos para celebrarlo con un cafelito calentito y comida. Al instante nos recuerdan, que eso no es sólo el país de los osos, si no de los mosquitos. Son terribles, pero menos mal que el viento es fuerte, así que no pueden molestarnos mucho. Son como helicópteros, les odio, ¡pero ellos me aman!
Ya, 80km mas tarde siento dolor en los hombros y el trasero. Eso empieza a cansarme mucho y me siento como que nunca llegaremos a Coldfoot. Y esos camiones grandes.... Me dará un infarto si uno mas pasa al lado mía...
Al final llegamos al pueblo, lo hemos conseguido. El trasero es mas feliz que yo. Hoy conseguí un récord personal- 110km. Estoy muy cansada, pero tan feliz de que hemos llegado, que el cansancio da un paso por atrás frente la felicidad. Slav esta cansado también, pero no lo reconoce, prefiere parecer enfadado.
Como auténticos búlgaros indios no ponemos a echar butano en la gasolinera, así que nos falta ayuda. Celebramos que hemos cruzado la mitad de la "autovía" con ración de patatas fritas. La diversidad alimentaria nos viene bien a los dos.
Encontramos un sitio perfecto para la tienda, pero al parar los mosquitos nos atacan. Son muchísimos y muy, pero muy pesados. Eso me trae recuerdos de los mosquitos en Bosque Negra, pero esos eran pequeñitos, mientras estos los noto cuando aterrizan en mi piel, y al chupar se siente como picadura de abeja.
El enemigo no tiene misericordia. Entran en las orejas, nariz, ojos, boca... Entran en los zapatos y pican los pies. La única salvación es matar los máximos que puedes. Nos cuesta acabarnos la comida por culpa de esos hijos de.... su madre. Por suerte conseguimos entrar en la tienda, evitando que nos sigan. Pero eso no significa, que no los escucháramos toda la noche. Se meten entre las dos capas de la tienda y son tantos, que si fueran algo mas inteligentes, podrían abrir el zip de la puerta.
07.06.2015
Por primera vez en nuestro viaje me despierto de calor en la tienda. En general nunca me ha gustado el sentirme pegajosa y sudada en una tienda bajo el sol. Pero teniendo la cuenta el frío desde el inicio del viaje es super guay estar sudando por culpa de calor. Por desgracia el calor no afecta los mosquitos y ellos siguen "cantando" entre las dos capas e la tienda, esperando que no beban la sangre.
Son horribles. Me vuelven loca. Ya quiero tener un lanzallamas y acabar con todos. Este año en noche vieja mi deseo será que desaparezcan todos los mosquitos en el mundo entero, sin afectar el biosistema. O al menos que tenga orejas de elefante, por moverlas y asustarlos.
Al final salimos, hay sol, pero también viento en contra. Por desgracia mi trasero no se ha relajado lo suficiente por de noche. Supongo que el ruido de los mosquitos no lo dejo descansar. Pedaleo lentamente, por lo cual Slav está enfadado. Pero qué podía hacer, de 30km unos 20 son de subida. Y las subidas aquí son brutales, un rayo directo hacia la cima, nada de serpentinas. Después de una subida de 10km llegamos al alto y la bajada está genial, incluso bajamos con velocidad mas alta de la permitida. Lo único que no me gusta es, que estábamos subiendo durante 23 km y bajamos solamente 7.
50 km mas tarde paramos a comer al lado de un río, en el cual hay señales de que hay salmón. Por desgracia no hemos visto ni uno. Tenia ganas de aprender algo mas de los profesionales, sobre como se va contra el flujo.
Pero estoy hablando demasiado sobre osos, mosquitos y camiones. Pero tampoco es fácil explicar que bien huele el aire aquí, el azul del cielo, que bonitos son las nubes, como los pájaros no paran de cantar sus canciones preciosas, como las montañas, los picos, las colinas no pueden ser comparados con nada que hhubiera visto hasta ahora. Siento todo así de cercano, casi como que he vuelto en casa después de un largo viaje.
Es muy raro qué rápido puedes olvidar donde estás, mientras subes la siguiente colina con todo el equipaje y tan lento, que los mosquitos te atacan tranquilamente. Una subida de 11 km nos costó casi una hora, hasta Slav dijo que es un día duro. Pero al menos hay justicia, ya estamos arriba, descansamos y gracias al viento los mosquitos no nos pueden molestar. Allí conocimos a un camionero amable, que nos cuenta que hasta Fairbanks es todo subir y bajar, sin tramos llanos. También dice, que la peor subida son unos 16 km con 11% de desnivel, por lo que mi culo quiere llorar. Pero hay dos noticias buenas- primero que dentro de 32 km salimos del circulo polar y segundo que al lado del río Yukon hay un sitio con comida muy rica. Bueno, los chuletones son una buena motivación para conseguir 130 km mañana y a la noche cenar con unas chuletas deliciosas.
El culo ya me duele tanto, que cuando lleguemos allí, pediré una chuleta para el. Imaginaos la situación...
No se la respuesta de esa pregunta, pero seguramente va a querer un cubo de helado también.
En el último tramo, antes de salir del Círculo Polar, un camión nos espera una eternidad arriba de un alto para regalarnos dos plátanos. O, ¡qué tío! Bajamos hasta la linea done acaba el circulo y allí comemos los plátanos. La noticia buena es, que desde aquí nos espera solo bajada. La mala- los mosquitos son enormes y en grandes cantidades. A parte de eso todo alrededor esta muy bonito, pero parece que pronto va a llover. Preparamos el campamento y encendemos un fuego, esperando que nos salvara de los mosquitos, pero los vampiros no se molestan en nada del humo..
Por primera vez en nuestro viaje me despierto de calor en la tienda. En general nunca me ha gustado el sentirme pegajosa y sudada en una tienda bajo el sol. Pero teniendo la cuenta el frío desde el inicio del viaje es super guay estar sudando por culpa de calor. Por desgracia el calor no afecta los mosquitos y ellos siguen "cantando" entre las dos capas e la tienda, esperando que no beban la sangre.
Son horribles. Me vuelven loca. Ya quiero tener un lanzallamas y acabar con todos. Este año en noche vieja mi deseo será que desaparezcan todos los mosquitos en el mundo entero, sin afectar el biosistema. O al menos que tenga orejas de elefante, por moverlas y asustarlos.
Al final salimos, hay sol, pero también viento en contra. Por desgracia mi trasero no se ha relajado lo suficiente por de noche. Supongo que el ruido de los mosquitos no lo dejo descansar. Pedaleo lentamente, por lo cual Slav está enfadado. Pero qué podía hacer, de 30km unos 20 son de subida. Y las subidas aquí son brutales, un rayo directo hacia la cima, nada de serpentinas. Después de una subida de 10km llegamos al alto y la bajada está genial, incluso bajamos con velocidad mas alta de la permitida. Lo único que no me gusta es, que estábamos subiendo durante 23 km y bajamos solamente 7.
50 km mas tarde paramos a comer al lado de un río, en el cual hay señales de que hay salmón. Por desgracia no hemos visto ni uno. Tenia ganas de aprender algo mas de los profesionales, sobre como se va contra el flujo.
Pero estoy hablando demasiado sobre osos, mosquitos y camiones. Pero tampoco es fácil explicar que bien huele el aire aquí, el azul del cielo, que bonitos son las nubes, como los pájaros no paran de cantar sus canciones preciosas, como las montañas, los picos, las colinas no pueden ser comparados con nada que hhubiera visto hasta ahora. Siento todo así de cercano, casi como que he vuelto en casa después de un largo viaje.
Es muy raro qué rápido puedes olvidar donde estás, mientras subes la siguiente colina con todo el equipaje y tan lento, que los mosquitos te atacan tranquilamente. Una subida de 11 km nos costó casi una hora, hasta Slav dijo que es un día duro. Pero al menos hay justicia, ya estamos arriba, descansamos y gracias al viento los mosquitos no nos pueden molestar. Allí conocimos a un camionero amable, que nos cuenta que hasta Fairbanks es todo subir y bajar, sin tramos llanos. También dice, que la peor subida son unos 16 km con 11% de desnivel, por lo que mi culo quiere llorar. Pero hay dos noticias buenas- primero que dentro de 32 km salimos del circulo polar y segundo que al lado del río Yukon hay un sitio con comida muy rica. Bueno, los chuletones son una buena motivación para conseguir 130 km mañana y a la noche cenar con unas chuletas deliciosas.
El culo ya me duele tanto, que cuando lleguemos allí, pediré una chuleta para el. Imaginaos la situación...
- Buenas tardes, que vais a pedir?
- Hola. Una chuleta para mi y otra para mi culo, ¡por favor!
- Y su culo como la prefiere- bien echa o vuelta-vuelta?
No se la respuesta de esa pregunta, pero seguramente va a querer un cubo de helado también.
En el último tramo, antes de salir del Círculo Polar, un camión nos espera una eternidad arriba de un alto para regalarnos dos plátanos. O, ¡qué tío! Bajamos hasta la linea done acaba el circulo y allí comemos los plátanos. La noticia buena es, que desde aquí nos espera solo bajada. La mala- los mosquitos son enormes y en grandes cantidades. A parte de eso todo alrededor esta muy bonito, pero parece que pronto va a llover. Preparamos el campamento y encendemos un fuego, esperando que nos salvara de los mosquitos, pero los vampiros no se molestan en nada del humo..
08.06.2015
Hoy es el día 13 desde el inicio del viaje. Espero que todo esté bien a pesar del numero. Al despertar nos aterrorizamos. Entre las capas de la tienda hay tantos mosquitos, que el ruido es como de un helicóptero aterrizando. Al menos el viento nos protege de ellos fuera de nuestra casita. Aun así algunos son muy fuertotes y hasta el viento no les impide atacarnos.
El día empieza con bajada, pero no por mucho rato. Delante nuestra nos espera una colina, eso si- la cuesta es brutal. No entiendo a esta gente, ¿nunca habían escuchado hablar de serpentinas o túneles? Pero aun así hoy pedaleo con un kilometro por hora mas rápido en las subidas. Cuando acabamos el viaje podré viajar como trailer, arrastrando dos remolques a la vez con la bici.
Así pedaleando en el medio de la nada aparece una tienda de souvenirs. El sitio no es muy adecuado y esta cerrado. En la próxima curva vemos la colina que nos contó el camionero. Si bajo la velocidad o me paro tendré que empujar hasta arriba, lo que será aun mas difícil, porque mi 4olix con la carga pesara 100 kilos. Con ultimo esfuerzo consigo llegar al alto del pico, el cual se llama "Dedo" (supongo medio...). La carretera pasa, claro, por el pico mas alto alrededor. Por otra parte eso es bueno, porque las vistas son impresionantes. Desde allí podemos ver que se nos acerca una lluvia seria. Rápidamente montamos la tienda y dentro tendemos todas las ropas para que se sequen- algunas mojadas de la lluvia, otros del sudor.. La tienda parece a una secadora.
Calentitos, dentro de los sacos de dormir, esperamos que se acabe la tormenta. Casi me quedo dormida, pero aun dormida no puedo tener descanso- estoy soñando que juego al tenis con las hermanas Williams.
Cuando la lluvia para salimos y nos encontramos con el grupo de biólogos que conocimos el otro día. Esa vez nos conocemos mejor y uno de ellos nos invita en su casa. Son una compañía grande, hasta nos regalan tres paquetes de comida creada para el espacio. Super, algo diferente.
Nos subimos mas alto a ver si viene otra lluvia. Allí encontramos una caja violeta. Dentro hay dos hojas de papel, de uno de los cual no enteramos que eso es un juego GPS, en el otro habían escrito los nombres de todos, cual habían encontrado la caja. Somos los primeros desde el año 2013. Pone que puedes coger lo que quieres de dentro, pero tienes que dejar algo. Nosotros cogemos 25 centavos y dejamos pegatinas de RooBar. Entonces empieza un fuerte granizado, dura poco, pero cayó mucho.
Cuatro horas mas tarde seguimos de nuevo. Los próximos 30 km los pasamos muy rápido, porque bajamos desde 1.100 m de altura. Por desgracia la carretera pavimentada se acaba y ya es mas duro para los traseros. El terreno es como la espalda de un camello- colinas una tras otra.
Llegamos al camping gratis, al lado de río Yukon, casi congelados por culpa de las temperaturas bajo 0. Montamos la tienda y rápidamente saltamos a los sacos.
Hoy es el día 13 desde el inicio del viaje. Espero que todo esté bien a pesar del numero. Al despertar nos aterrorizamos. Entre las capas de la tienda hay tantos mosquitos, que el ruido es como de un helicóptero aterrizando. Al menos el viento nos protege de ellos fuera de nuestra casita. Aun así algunos son muy fuertotes y hasta el viento no les impide atacarnos.
El día empieza con bajada, pero no por mucho rato. Delante nuestra nos espera una colina, eso si- la cuesta es brutal. No entiendo a esta gente, ¿nunca habían escuchado hablar de serpentinas o túneles? Pero aun así hoy pedaleo con un kilometro por hora mas rápido en las subidas. Cuando acabamos el viaje podré viajar como trailer, arrastrando dos remolques a la vez con la bici.
Así pedaleando en el medio de la nada aparece una tienda de souvenirs. El sitio no es muy adecuado y esta cerrado. En la próxima curva vemos la colina que nos contó el camionero. Si bajo la velocidad o me paro tendré que empujar hasta arriba, lo que será aun mas difícil, porque mi 4olix con la carga pesara 100 kilos. Con ultimo esfuerzo consigo llegar al alto del pico, el cual se llama "Dedo" (supongo medio...). La carretera pasa, claro, por el pico mas alto alrededor. Por otra parte eso es bueno, porque las vistas son impresionantes. Desde allí podemos ver que se nos acerca una lluvia seria. Rápidamente montamos la tienda y dentro tendemos todas las ropas para que se sequen- algunas mojadas de la lluvia, otros del sudor.. La tienda parece a una secadora.
Calentitos, dentro de los sacos de dormir, esperamos que se acabe la tormenta. Casi me quedo dormida, pero aun dormida no puedo tener descanso- estoy soñando que juego al tenis con las hermanas Williams.
Cuando la lluvia para salimos y nos encontramos con el grupo de biólogos que conocimos el otro día. Esa vez nos conocemos mejor y uno de ellos nos invita en su casa. Son una compañía grande, hasta nos regalan tres paquetes de comida creada para el espacio. Super, algo diferente.
Nos subimos mas alto a ver si viene otra lluvia. Allí encontramos una caja violeta. Dentro hay dos hojas de papel, de uno de los cual no enteramos que eso es un juego GPS, en el otro habían escrito los nombres de todos, cual habían encontrado la caja. Somos los primeros desde el año 2013. Pone que puedes coger lo que quieres de dentro, pero tienes que dejar algo. Nosotros cogemos 25 centavos y dejamos pegatinas de RooBar. Entonces empieza un fuerte granizado, dura poco, pero cayó mucho.
Cuatro horas mas tarde seguimos de nuevo. Los próximos 30 km los pasamos muy rápido, porque bajamos desde 1.100 m de altura. Por desgracia la carretera pavimentada se acaba y ya es mas duro para los traseros. El terreno es como la espalda de un camello- colinas una tras otra.
Llegamos al camping gratis, al lado de río Yukon, casi congelados por culpa de las temperaturas bajo 0. Montamos la tienda y rápidamente saltamos a los sacos.
09.06.2015
Aunque nos habíamos acostado a las tres de la noche, a las 9 ya estamos despiertos, casi horneados por culpa del sol. Aquí no hay tantos mosquitos, así que tranquilamente recogemos escuchando música. Cargamos las alforjas y nos vamos a comer las verduras y las chuletas tan deseadas. En la cafetería por todo el lado hay espiralas contra los mosquitos y eso convierte el desayuno de hamburguesas enormes en mas agradable. Una mañana muy buena, que se alarga hasta las 13.
Al final seguimos el viaje, pero poco después tenemos que parar, porque estaban mojando y echando tierra en la carretera. Supongo que así arreglan los baches. El pobre 4olix se mueve con dificultad en este barro y al final simplemente se para. Esta tan atascada con el barro, que ni para adelante, ni por atrás... Con esfuerzo la empujo hasta arriba, aunque mejor dicho la arrastro, porque las ruedas están totalmente atascadas. Cerca de un edificio nos paramos a esperar que el sol endurezca un poco el barro. Lo malo es, que el desayuno fue algo salado y por aquí no se veía agua que pudiésemos filtrar, así que nos acercamos al edificio a preguntar por agua. A unos 10m de las vallas sale el guarda de seguridad para decirnos que no tenemos permitido entrar. Le contamos nuestro problema y nos regala dos botellas de agua mineral. Poco mas tarde se acerca otro guarda para hacer fotos a nuestros pasaportes y nos regala unas barras energéticas.
Es tan raro, como aquí, en el medio de la nada, hasta la policía es amable. De verdad estoy fascinada de la gente aquí, en Alaska. Muy amables, simpáticos y amistosos. Sólo no tenemos que acostumbrarnos porque seguramente hay idiotas también.
Hoy al final llegamos al momento que ya bajamos mas de lo que subimos. Consigo llegar a 52.6km/h, otro récord personal. Me siento como que cruzo la barrera del sonido. Al medio día paramos de comer y consigo matar unos 200 mosquitos, lo cual me hace sentir aún mejor. Y después de una comida buena subimos la próxima colina a tope, después de la cual nos esperan 15 km de bajada. Al final el pedaleo es un gusto, no solo subidas, sudor y dolor en el culo.
Hoy no hemos conseguido lo previsto del día, pero fue un día bueno.Cuando no intentamos cubrir 100km al día en los tramos difíciles es mucho mas fácil de disfrutar de la magia alrededor nuestra. El esfuerzo y la ambición de subir todas las colinas y picos en un día te provoca una ansiedad tal que no te permite apreciar el viaje. Enfrentarse a ti mismo también es importante, pero no se debe olvidar la belleza el momento, lo de aquí y ahora. Al final tampoco queremos que los únicos recuerdos de Alaska sean solo las subidas duras, los mosquitos y la paranoia que los osos nos comerán la comida, mientras dormimos.
Aunque nos habíamos acostado a las tres de la noche, a las 9 ya estamos despiertos, casi horneados por culpa del sol. Aquí no hay tantos mosquitos, así que tranquilamente recogemos escuchando música. Cargamos las alforjas y nos vamos a comer las verduras y las chuletas tan deseadas. En la cafetería por todo el lado hay espiralas contra los mosquitos y eso convierte el desayuno de hamburguesas enormes en mas agradable. Una mañana muy buena, que se alarga hasta las 13.
Al final seguimos el viaje, pero poco después tenemos que parar, porque estaban mojando y echando tierra en la carretera. Supongo que así arreglan los baches. El pobre 4olix se mueve con dificultad en este barro y al final simplemente se para. Esta tan atascada con el barro, que ni para adelante, ni por atrás... Con esfuerzo la empujo hasta arriba, aunque mejor dicho la arrastro, porque las ruedas están totalmente atascadas. Cerca de un edificio nos paramos a esperar que el sol endurezca un poco el barro. Lo malo es, que el desayuno fue algo salado y por aquí no se veía agua que pudiésemos filtrar, así que nos acercamos al edificio a preguntar por agua. A unos 10m de las vallas sale el guarda de seguridad para decirnos que no tenemos permitido entrar. Le contamos nuestro problema y nos regala dos botellas de agua mineral. Poco mas tarde se acerca otro guarda para hacer fotos a nuestros pasaportes y nos regala unas barras energéticas.
Es tan raro, como aquí, en el medio de la nada, hasta la policía es amable. De verdad estoy fascinada de la gente aquí, en Alaska. Muy amables, simpáticos y amistosos. Sólo no tenemos que acostumbrarnos porque seguramente hay idiotas también.
Hoy al final llegamos al momento que ya bajamos mas de lo que subimos. Consigo llegar a 52.6km/h, otro récord personal. Me siento como que cruzo la barrera del sonido. Al medio día paramos de comer y consigo matar unos 200 mosquitos, lo cual me hace sentir aún mejor. Y después de una comida buena subimos la próxima colina a tope, después de la cual nos esperan 15 km de bajada. Al final el pedaleo es un gusto, no solo subidas, sudor y dolor en el culo.
Hoy no hemos conseguido lo previsto del día, pero fue un día bueno.Cuando no intentamos cubrir 100km al día en los tramos difíciles es mucho mas fácil de disfrutar de la magia alrededor nuestra. El esfuerzo y la ambición de subir todas las colinas y picos en un día te provoca una ansiedad tal que no te permite apreciar el viaje. Enfrentarse a ti mismo también es importante, pero no se debe olvidar la belleza el momento, lo de aquí y ahora. Al final tampoco queremos que los únicos recuerdos de Alaska sean solo las subidas duras, los mosquitos y la paranoia que los osos nos comerán la comida, mientras dormimos.
10.06.2015
Lo bueno de hoy es, que todo el día nos persigue la lluvia, pero no consigue pillarnos. En Alaska en cada 5 km se cambian las circunstancias meteorológicas. Así que tenemos que parar cada dos por tres para quitar o poner ropas, pero al menos los culos descansan. En una cuesta nos adelanta uno de los camiones monstruosos cargado con un barco pequeño... ¡Locura!
En una subida nos espera un canadiense que nos da agua con gas y bizcochos. Un pensionista canadiense muy amable, que salió a viajar y disfrutar por la "autovía" Dalton, nos cuenta que toda nuestra ruta hasta Canadá será así – arriba, abajo, arriba..... Bueno, queríamos montañas y naturaleza para disfrutar, no...
En otra subida encontramos unas costillas enormes, nos preguntamos de que animal serán. Aquí todos los animales son enormes. Ayer hemos visto piel de lobo, es como el lobo del cuento de Caperucita roja, te puede tragar entero. No quiero ni pensar sobre las manadas hambrientas que andan por los bosques.
Paramos para un descanso largo en medio día y disfrutamos la comida sin que nos molesten los mosquitos. Seguimos con otra serie de colinas. En una bajada nos enteramos, que la lluvia paso al lado nuestra y nos había adelantado y la carretera esta toda llena de barro. Mi bici prácticamente se para en una bajada brutal. Paramos para otro descanso rápido. Esta vez el sol está de nuestro lado, así que se seca rápidamente el barro y una hora mas tarde podemos seguir. Seguimos bajando y aquí esta el final de la autovía Dalton, larga 430 millas, aproximadamente unos 700km. 700 duros kilómetros que llegan hasta el final del mundo. Carretera dura, la cual creo que no voy a olvidar, antes sabía, que al menos de 1/3 de la carretera estaba pavimentada, pero no esperaba, que la bici se atascara tanto con el barro, sin hablar de que se congeló. Hablando del frío- simplemente no hemos tenido suerte, la paradoja es, que justo antes de llegar hacia tanto calor, que provocó hasta inundaciones, como la que nos hemos encontrado en el inicio.
Ahora escribiendo todo eso y recordando lo pasado me siento feliz, que teníamos pasar por eso porque eso nos hizo mas fuertes, nos dio seguridad de que podemos enfrentarnos a los problemas y nos va a ayudar seguir adelante. Hasta siento cierta tristeza por la autovía que va al final norte del mundo.
Lo bueno de hoy es, que todo el día nos persigue la lluvia, pero no consigue pillarnos. En Alaska en cada 5 km se cambian las circunstancias meteorológicas. Así que tenemos que parar cada dos por tres para quitar o poner ropas, pero al menos los culos descansan. En una cuesta nos adelanta uno de los camiones monstruosos cargado con un barco pequeño... ¡Locura!
En una subida nos espera un canadiense que nos da agua con gas y bizcochos. Un pensionista canadiense muy amable, que salió a viajar y disfrutar por la "autovía" Dalton, nos cuenta que toda nuestra ruta hasta Canadá será así – arriba, abajo, arriba..... Bueno, queríamos montañas y naturaleza para disfrutar, no...
En otra subida encontramos unas costillas enormes, nos preguntamos de que animal serán. Aquí todos los animales son enormes. Ayer hemos visto piel de lobo, es como el lobo del cuento de Caperucita roja, te puede tragar entero. No quiero ni pensar sobre las manadas hambrientas que andan por los bosques.
Paramos para un descanso largo en medio día y disfrutamos la comida sin que nos molesten los mosquitos. Seguimos con otra serie de colinas. En una bajada nos enteramos, que la lluvia paso al lado nuestra y nos había adelantado y la carretera esta toda llena de barro. Mi bici prácticamente se para en una bajada brutal. Paramos para otro descanso rápido. Esta vez el sol está de nuestro lado, así que se seca rápidamente el barro y una hora mas tarde podemos seguir. Seguimos bajando y aquí esta el final de la autovía Dalton, larga 430 millas, aproximadamente unos 700km. 700 duros kilómetros que llegan hasta el final del mundo. Carretera dura, la cual creo que no voy a olvidar, antes sabía, que al menos de 1/3 de la carretera estaba pavimentada, pero no esperaba, que la bici se atascara tanto con el barro, sin hablar de que se congeló. Hablando del frío- simplemente no hemos tenido suerte, la paradoja es, que justo antes de llegar hacia tanto calor, que provocó hasta inundaciones, como la que nos hemos encontrado en el inicio.
Ahora escribiendo todo eso y recordando lo pasado me siento feliz, que teníamos pasar por eso porque eso nos hizo mas fuertes, nos dio seguridad de que podemos enfrentarnos a los problemas y nos va a ayudar seguir adelante. Hasta siento cierta tristeza por la autovía que va al final norte del mundo.
11.06.2015
El refugio, al lado de cual dormimos la última noche, ya está libre, así que decidimos tomarnos un día libre. El refugio es una bonita casita de madera llena con tesoros. Que gusto, comemos M&M mixto con pasas (nunca me habían gustado las pasas, pero en este momento son deliciosas). Mi amigo Saiman nunca va a creer que como con tanto gusto uva secada. El final siempre me gustaba la uva en estado liquido y fermentado. Por desayuno tenemos lasaña y para por de noche- albondigas en salsa. Ademas tenemos aseo, encimera con butano, vela, estufa cargada con leña , espiralas contra los mosquitos, barajas, puzzles, inosaurios de plástico. Es super guay tener una casa por descansar, a salvo de los mosquitos y sin tener que molestarse si algún oso no te comerá la comida. Lo bueno es, que en las alforjas también encontramos cosas, que podemos dejar.
Montamos una cuerda y sacamos todas las ropas, sacos y cosas para que se sequen. El plan es acostamos temprano para poder levantarnos temprano y mañana por la tarde estar en Fairbanks.
El refugio, al lado de cual dormimos la última noche, ya está libre, así que decidimos tomarnos un día libre. El refugio es una bonita casita de madera llena con tesoros. Que gusto, comemos M&M mixto con pasas (nunca me habían gustado las pasas, pero en este momento son deliciosas). Mi amigo Saiman nunca va a creer que como con tanto gusto uva secada. El final siempre me gustaba la uva en estado liquido y fermentado. Por desayuno tenemos lasaña y para por de noche- albondigas en salsa. Ademas tenemos aseo, encimera con butano, vela, estufa cargada con leña , espiralas contra los mosquitos, barajas, puzzles, inosaurios de plástico. Es super guay tener una casa por descansar, a salvo de los mosquitos y sin tener que molestarse si algún oso no te comerá la comida. Lo bueno es, que en las alforjas también encontramos cosas, que podemos dejar.
Montamos una cuerda y sacamos todas las ropas, sacos y cosas para que se sequen. El plan es acostamos temprano para poder levantarnos temprano y mañana por la tarde estar en Fairbanks.
Mas fotos podeis ver aqui - www.facebook.com/cycle4recycle