
Texto: Iana Melamed
Fotos: Viacheslav Stoianov
Revisado en Español por Luis Bermejo
29.05.2015
Inmovilizados en Deadhorce. Esto empieza volvernos locos. Esperábamos estar ya mucho mas al sur, dónde no haga tanto frío. En vez de eso estamos observando que el viento es mas fuerte con cada minuto que pasa. Con ese día infinito te sientes como que el tiempo ha parado y está esperando con nosotros que abran el camino.
Al desayunar la mujer que esta limpiando aquí, nos dice, que en su opinión somos ángeles, así que nos regala dos chalecos reflectantes, pera cuando el tiempo y la visibilidad estén mal. Es muy simpática, creo que cuando partamos echaremos de menos la gente de aquí.
Nos dicen que la carretera será transitable dentro de una semana. Habrá solo un carril, por el cual transitaran solo camiones de día y de noche. Los siguientes 160km no hay donde parar, así que estaríamos molestando a los camioneros, lo que significa, que no nos permitirán salir cuando abran la carretera. Tenemos que encontrar a alguien para negociar a ver si puede llevarnos en su camión al menos hasta la parte de la carretera que ya esta bien.
Esa misma noche Slav salió para echar un vistazo al estado de carretera, resulta que no está tan mal, como nos hacen creer. Mañana por la noche nos escaparemos, mientras los trabajadores duermen y no habrá nadie que pueda pararnos.
30.05.2015
Compartimos nuestra idea desayunando con nuestros anfitriones. Están preocupados, pero entienden que es el único modo, que no podemos salir con el ejercito de camiones que está esperando. Preguntan si llevamos armas, aquí todos van armados y les cuesta entender, que uno puede dormir en tienda de campaña sin, al menos, una escopeta aquí en Alaska. El spray contra osos les parece una broma, pero es mejor que nada. Recuerdo como Maria se burlaba, que aquí venden escopetas hasta en los supermercados, pero por lo visto tenia algo de razón.
Intentamos convencer a Toni, el cocinero, que deje todo y que venga con nosotros, pero no tenemos suerte, comeremos solo arroz e spaghetti hasta Fairbanks. Se acabaron las chuletas, al menos comemos bien por última vez y preparamos el despertador para levantarnos a las 23.00.
31.05.2015
El día de la escapada salimos sin ningún problema y nadie nos para o pregunta nada. Simplemente nos saludan con la mano y nos dejan seguir nuestro camino.
Los primeros kilómetros son buenos. Estamos en el medio de la nada, pero alrededor nuestro está lleno de vida. La mayoría pájaros, pero hacen ruido como un ejército de Shuwacas. También se ve un zorro, corriendo entre los arbustos.
Hay algo muy romántico alrededor, como salido de los cuentos. Me siento como si estuviéramos solos nosotros dos en el mundo, parece que nunca han existido otros seres humanos.
Y el camino es una maravilla. No hay agujeros, sólo en algunos tramos hay mucho barro, así que tenemos que bajar de las bicicletas y empujarlas. Sólo el frío y la humedad estropean nuestro idílico paseo. Paramos para tomar un caldo caliente, el cual nos parece oro líquido en medio de aquel fío. Aunque el sol no se esconde, la noche polar sigue siendo noche y hace mucho frío. Por eso empezamos a buscar un sitio cómodo para acampar. Al final nada mejor en los noches frías, de estar en un saco calentito.
Encontramos el sitio perfecto y rápidamente nos organizamos. Al final guardamos toda la comida en un saco, el cual enterramos por debajo de un montón de piedras a unos 150m. Por si acaso echo por encima pimentón picante, para evitar al oso Grizlly. Antes de salir me informé bien, leí mucha información sobre el tema de los osos en Alaska. Aquí hay muchos, junto con los renos y la basura humana. Eso es algo triste, hemos convertido esos preciosos animales en bobos, que necesitan nuestra basura para sobrevivir. Pero sobre el pimenton picante- lo picante es la única cosa, que no les gusta a los osos.
Con la esperanza que el tiempo va a mejorar, porque estamos ya a 50 km mas al sur, nos fuimos a dormir hacia las 5.30 de la mañana.
Dos horas mas tarde nos despertamos con los camiones que pasan. Nos sentimos bien, así que decidimos seguir al sur. Salimos de la tienda y nos damos cuenta, que el tiempo empeoró, hasta aquí con las ilusiones. Sopla un viento fuerte, ademas esta nevando, sin hablar de la niebla. Nos quedamos en la tienda calentitos, no podemos arriesgar salir con ese frío o que nos atropelle algún camionero por falta de visibilidad.
01.06.2015
Dormimos como bebés en nuestra tienda caliente. Tanto que prácticamente hibernamos las siguientes 14 horas, esperando que mejorara el tiempo. A media noche ya no esta tan mal, así que nos levantamos.
Habíamos comido bien antes de acostarnos, así que tomamos un café bien caliente y una barra energética RooBar. Sacamos la comida de debajo de las piedras y a pedalear.
Lo bueno de la noche polar es, que hay bastante luz y no pasan camiones. Eso es un gran plus para mi, porque los camiones son monstruosos. Si el miedo puede ser racional o irracional no se que tipo será el de los camiones.
La carretera hoy esta muy mal y nos molesta que se pueden romper las bicis cuando apenas hemos iniciado viaje. La llaman Autovía, pero para pedalear esta fatal. La velocidad máxima que conseguimos es de 15 km/h y eso sólo en algunos tramos, aunque es todo recto, no hay ni curvas. Hoy nos encontramos con muchos animales. Primero vemos algo que es como mezcla entre visón y buey. Lo vemos mientras estamos peleando entre ellos por el hecho de tener crías. Un poco mas tarde se ve una manada de renos, aunque son enormes son muy rápidos y silenciosos. De vez en cuando se asustan de nosotros y salen corriendo para escapar.
Al final llegamos a un tramo pavimentado, unos 7km, pero por desgracia no cubre nuestra primera cuesta. La subida es de chinos y barro. Para mi esto es muy duro, al final la bici con la carga pesa casi como yo. Llegamos arriba, solo para ver que la carretera sigue subiendo. Empieza nevar y se levanta viento, el cual convierte los copos de nieve en piedras pequeñas rasgando nuestras caras. Al final llega la bajada, pero en esas circunstancias no es mas fácil que la subida. El nieve entra en los ojos, mientras la bicicleta esta "bailando" encima de las piedras y socavones. Creo que la bajada me ha echo sudar mas que la subida. Al menos, gracias a la adrenalina, la sangre circuló en mis piernas, que ya ni las sentía..
Llega el momento en el que todos los monstruos de 24 ruedas empiezan a circular. De vez en cuando nos apartábamos de la carretera, para que nos adelantaran mas fácil. Todos sonríen y nos saludan. Me gusta como la energía positiva de la gente me ayuda subir la siguiente cuesta. Un camionero incluso paró para darnos agua, naranjas y una galleta de chocolate enorme. Eso es genial. En esa bolsita teníamos todo los que nos hacía falta en ese momento. Vitaminas, energía y agua, la nuestra ya estaba congelada. Así, sin darnos cuenta, llegamos a sitios mas calentitos donde no hemos quitado un par de ropas. Hasta podíamos ver el mismo sol, que apareció al final para descongelarnos la agua. Nos sentimos tan bien, que paramos para comer y tomar café.
Mientras estamos comiendo un camionero para para avisarnos que hace poco habían visto dos osos enormes cerca de la carretera. Eso si es 100% de miedo racional, casi paranoico. 20 km mas tarde vemos al Grizlly por primera vez. Esta lejos de nosotros, pero teniendo en cuenta la distancia debe ser enorme. Esperemos que eso sea lo mas cerca entre nosotros y esos fuertes animales.
Esa noche tenemos que esconder bien la comida, no queremos que nos la roben. Ademas hay todavía mucho camino hasta la civilización. Aparte de eso la noche es buenísima. Celebramos con un paquete entero de espaguetis y especias que hemos empleado para recordar a nuestro amigo Stefanaki. ¡La combinación es perfecta! Después de la comida aseguramos el "camping" y la comida. Montamos la alarma para avisarnos si nos visitaran por de noche, aunque no nos va a ayudar mucho si viene el oso, pero nos cuesta una hora. Al final nos acostamos y empieza la paranoia. Toda la noche oigo piedras, que se mueven y me asomo por la puerta a ver si nos roban los osos.
Fotos: Viacheslav Stoianov
Revisado en Español por Luis Bermejo
29.05.2015
Inmovilizados en Deadhorce. Esto empieza volvernos locos. Esperábamos estar ya mucho mas al sur, dónde no haga tanto frío. En vez de eso estamos observando que el viento es mas fuerte con cada minuto que pasa. Con ese día infinito te sientes como que el tiempo ha parado y está esperando con nosotros que abran el camino.
Al desayunar la mujer que esta limpiando aquí, nos dice, que en su opinión somos ángeles, así que nos regala dos chalecos reflectantes, pera cuando el tiempo y la visibilidad estén mal. Es muy simpática, creo que cuando partamos echaremos de menos la gente de aquí.
Nos dicen que la carretera será transitable dentro de una semana. Habrá solo un carril, por el cual transitaran solo camiones de día y de noche. Los siguientes 160km no hay donde parar, así que estaríamos molestando a los camioneros, lo que significa, que no nos permitirán salir cuando abran la carretera. Tenemos que encontrar a alguien para negociar a ver si puede llevarnos en su camión al menos hasta la parte de la carretera que ya esta bien.
Esa misma noche Slav salió para echar un vistazo al estado de carretera, resulta que no está tan mal, como nos hacen creer. Mañana por la noche nos escaparemos, mientras los trabajadores duermen y no habrá nadie que pueda pararnos.
30.05.2015
Compartimos nuestra idea desayunando con nuestros anfitriones. Están preocupados, pero entienden que es el único modo, que no podemos salir con el ejercito de camiones que está esperando. Preguntan si llevamos armas, aquí todos van armados y les cuesta entender, que uno puede dormir en tienda de campaña sin, al menos, una escopeta aquí en Alaska. El spray contra osos les parece una broma, pero es mejor que nada. Recuerdo como Maria se burlaba, que aquí venden escopetas hasta en los supermercados, pero por lo visto tenia algo de razón.
Intentamos convencer a Toni, el cocinero, que deje todo y que venga con nosotros, pero no tenemos suerte, comeremos solo arroz e spaghetti hasta Fairbanks. Se acabaron las chuletas, al menos comemos bien por última vez y preparamos el despertador para levantarnos a las 23.00.
31.05.2015
El día de la escapada salimos sin ningún problema y nadie nos para o pregunta nada. Simplemente nos saludan con la mano y nos dejan seguir nuestro camino.
Los primeros kilómetros son buenos. Estamos en el medio de la nada, pero alrededor nuestro está lleno de vida. La mayoría pájaros, pero hacen ruido como un ejército de Shuwacas. También se ve un zorro, corriendo entre los arbustos.
Hay algo muy romántico alrededor, como salido de los cuentos. Me siento como si estuviéramos solos nosotros dos en el mundo, parece que nunca han existido otros seres humanos.
Y el camino es una maravilla. No hay agujeros, sólo en algunos tramos hay mucho barro, así que tenemos que bajar de las bicicletas y empujarlas. Sólo el frío y la humedad estropean nuestro idílico paseo. Paramos para tomar un caldo caliente, el cual nos parece oro líquido en medio de aquel fío. Aunque el sol no se esconde, la noche polar sigue siendo noche y hace mucho frío. Por eso empezamos a buscar un sitio cómodo para acampar. Al final nada mejor en los noches frías, de estar en un saco calentito.
Encontramos el sitio perfecto y rápidamente nos organizamos. Al final guardamos toda la comida en un saco, el cual enterramos por debajo de un montón de piedras a unos 150m. Por si acaso echo por encima pimentón picante, para evitar al oso Grizlly. Antes de salir me informé bien, leí mucha información sobre el tema de los osos en Alaska. Aquí hay muchos, junto con los renos y la basura humana. Eso es algo triste, hemos convertido esos preciosos animales en bobos, que necesitan nuestra basura para sobrevivir. Pero sobre el pimenton picante- lo picante es la única cosa, que no les gusta a los osos.
Con la esperanza que el tiempo va a mejorar, porque estamos ya a 50 km mas al sur, nos fuimos a dormir hacia las 5.30 de la mañana.
Dos horas mas tarde nos despertamos con los camiones que pasan. Nos sentimos bien, así que decidimos seguir al sur. Salimos de la tienda y nos damos cuenta, que el tiempo empeoró, hasta aquí con las ilusiones. Sopla un viento fuerte, ademas esta nevando, sin hablar de la niebla. Nos quedamos en la tienda calentitos, no podemos arriesgar salir con ese frío o que nos atropelle algún camionero por falta de visibilidad.
01.06.2015
Dormimos como bebés en nuestra tienda caliente. Tanto que prácticamente hibernamos las siguientes 14 horas, esperando que mejorara el tiempo. A media noche ya no esta tan mal, así que nos levantamos.
Habíamos comido bien antes de acostarnos, así que tomamos un café bien caliente y una barra energética RooBar. Sacamos la comida de debajo de las piedras y a pedalear.
Lo bueno de la noche polar es, que hay bastante luz y no pasan camiones. Eso es un gran plus para mi, porque los camiones son monstruosos. Si el miedo puede ser racional o irracional no se que tipo será el de los camiones.
La carretera hoy esta muy mal y nos molesta que se pueden romper las bicis cuando apenas hemos iniciado viaje. La llaman Autovía, pero para pedalear esta fatal. La velocidad máxima que conseguimos es de 15 km/h y eso sólo en algunos tramos, aunque es todo recto, no hay ni curvas. Hoy nos encontramos con muchos animales. Primero vemos algo que es como mezcla entre visón y buey. Lo vemos mientras estamos peleando entre ellos por el hecho de tener crías. Un poco mas tarde se ve una manada de renos, aunque son enormes son muy rápidos y silenciosos. De vez en cuando se asustan de nosotros y salen corriendo para escapar.
Al final llegamos a un tramo pavimentado, unos 7km, pero por desgracia no cubre nuestra primera cuesta. La subida es de chinos y barro. Para mi esto es muy duro, al final la bici con la carga pesa casi como yo. Llegamos arriba, solo para ver que la carretera sigue subiendo. Empieza nevar y se levanta viento, el cual convierte los copos de nieve en piedras pequeñas rasgando nuestras caras. Al final llega la bajada, pero en esas circunstancias no es mas fácil que la subida. El nieve entra en los ojos, mientras la bicicleta esta "bailando" encima de las piedras y socavones. Creo que la bajada me ha echo sudar mas que la subida. Al menos, gracias a la adrenalina, la sangre circuló en mis piernas, que ya ni las sentía..
Llega el momento en el que todos los monstruos de 24 ruedas empiezan a circular. De vez en cuando nos apartábamos de la carretera, para que nos adelantaran mas fácil. Todos sonríen y nos saludan. Me gusta como la energía positiva de la gente me ayuda subir la siguiente cuesta. Un camionero incluso paró para darnos agua, naranjas y una galleta de chocolate enorme. Eso es genial. En esa bolsita teníamos todo los que nos hacía falta en ese momento. Vitaminas, energía y agua, la nuestra ya estaba congelada. Así, sin darnos cuenta, llegamos a sitios mas calentitos donde no hemos quitado un par de ropas. Hasta podíamos ver el mismo sol, que apareció al final para descongelarnos la agua. Nos sentimos tan bien, que paramos para comer y tomar café.
Mientras estamos comiendo un camionero para para avisarnos que hace poco habían visto dos osos enormes cerca de la carretera. Eso si es 100% de miedo racional, casi paranoico. 20 km mas tarde vemos al Grizlly por primera vez. Esta lejos de nosotros, pero teniendo en cuenta la distancia debe ser enorme. Esperemos que eso sea lo mas cerca entre nosotros y esos fuertes animales.
Esa noche tenemos que esconder bien la comida, no queremos que nos la roben. Ademas hay todavía mucho camino hasta la civilización. Aparte de eso la noche es buenísima. Celebramos con un paquete entero de espaguetis y especias que hemos empleado para recordar a nuestro amigo Stefanaki. ¡La combinación es perfecta! Después de la comida aseguramos el "camping" y la comida. Montamos la alarma para avisarnos si nos visitaran por de noche, aunque no nos va a ayudar mucho si viene el oso, pero nos cuesta una hora. Al final nos acostamos y empieza la paranoia. Toda la noche oigo piedras, que se mueven y me asomo por la puerta a ver si nos roban los osos.
02- 03.06..2015
Al despertar nos encontramos en medio de una tormenta de nieve. Todo esta blanco y el viento sopla fuerte. Tenemos que esperar. Esto empieza a molestar, si tenemos que quedarnos en hibernación cada dos días nos costará una eternidad cruzar Alaska, ademas perderemos a Djeremi, al cual quiero conocer mejor. Sin hablar, de que no nos llegara la comida.
Lo importante es, que mientras esperamos en la tienda mantenemos viva la paranoia y con cada ruido raro salimos a revisar el perímetro. Lo ridículo es que, incluso si hay oso no sabemos qué vamos a hacer, porque los Gryzllys son grandísimos. Dudo mucho, que saltáramos a proteger nuestro territorio o la comida. No quiero ni saber cuán valiente soy. Y así, unas cuantas horas después, la nevada para.y empiezan verse los rayos del sol. Aunque el viento todavía sopla, salimos fuera y nos preparamos una comida rica. No es que lleváramos algo mas que arroz y espaguetis, pero al menos tenemos muchas especias. Nada mas desayunamos y el cielo de nuevo se cubre con nubes y empieza nevar. Quien sabe hasta cuando tendremos que estar en la tienda. Ya estamos acostumbrados al frío y estamos listos para seguir, pero no con esa visibilidad... Al final por la carretera pasan muchísimos camiones monstruosos, aunque esta cerrada. Es tan aburrido, que echo de menos haber cogido una baraja de cartas.
En el primer momento que pudimos recogemos rápidamente todo, desenterramos la comida y con gana de movernos al final salimos a la carretera. Lo malo es que la "autovia" esta toda embarrada. Eso rápidamente provoca problemas a mi "campesino 4olix". El barro se acumula entre los guardabarros y las ruedas, incluso se pega en la cadena. Estamos obligados aparar a menudo para limpiarla. No quiero ni explicar como se suben colinas con la bicicleta bien cargada, inundándose hasta los pedales de barro, frenándonos, mientras la nieve pega en tu cara con la fuerza del viento. Cansadísimo. En un momento el sol sale por poco y aprovechamos para descansar e comer.
Ahora me doy cuenta, que en tres horas hemos avanzado solamente 25 km. Eso me desmotiva a tope. Claro, las cosas empeoran. El super mega hiper hornillo se atasca, así que tenemos que desmontarlo y limpiarlo. Después de eso decidimos que merecemos un café y barras energéticas. Ya llevamos aquí casi dos horas y alrededor nuestro huele a comida, café y no se que mas... menos mal que sigo paranoica y cada dos por tres estoy mirando a ver si veo osos. Y allí esta a menos de 100m de nosotros y se acerca tranquilito. A ver si puedo reproducir la situación lo mejor posible:
Iana
- Oye Slav, ¿eso no es un oso?
Slav
- ¡Si, es un Grizlly!
Iana
- OSOOOO OOOOSSSSOOOOOO OOSSSOOOOOO....- grito con toda mi voz, masticando y moviendo las manos a todos lados, mientras RooBar, la barra energética, todavía está en mi mano.
Slav
-.......
Menos mal que me puse a leer antes de salir. El oso se para por un momento y después sale corriendo hacia el otro lado. En ese momento ya puedo sentir la adrenalina recorriendo todo mi cuerpo, el corazón, que da saltos en el pecho, pero menos mal que noto todo eso ahora, no antes, cuando tenia que reaccionar. El oso, ya lejos de nosotros, se levanta para vernos bien. En dos patas es tan alto como yo, supongo que es un macho joven, el cual todavía es algo miedoso, pero aun así la adrenalina me ayuda pasar los próximos 20km sin darme cuenta. En ese tramo estaba pensando que el pobre probablemente se acerco para tomar un cafelito caliente y nosotros, los vagabundos maleducados, la hemos expulsado, aunque hace tanto frío. Ahora todos los osos en Alaska pensarán que los búlgaros somos brutos e inhóspitos. Lo mejor es que no sepan, que mi abuela, cuando niña, había comido oso, porque si lo supieran seguramente buscarían vendetta. Manos mal que también tengo voz fuerte, al final eso también es útil.
Así ni nos hemos dado cuenta, cuando hemos legado a la cima de una colina, pero mi 4olix se congeló y no quería seguir mas. Jo...cuánto bajaron tanto las temperaturas, que hasta la bici se congeló... Teníamos que parar de nuevo calentar agua y descongelarlas. Por eso hemos perdido una gran parte de nuestro butano que tampoco había mucho.. Jo tío...la bici recibe ducha caliente antes que nosotros...Hasta las alforjas estaban congeladas, así que teníamos que descongelaras para llegar hasta los guardabarros.
Ya han pasado 11 horas y hablamos avanzado sólo 50km. Eso ya es mucho para Slav que quiere hacer records y la tensión aumenta escandalósamente. Ya estamos a 900 m sobre el mar, hace un frío que te cagas, nos encontramos en medio de una tormenta de nieve y nos gritamos como dios manda. Al menos, gracias del frío, el barro esta congelado y es mas fácil pedalear. Gracias las las pasiones conseguimos no congelarnos, ademas pasamos otros 25 km de subidas y bajadas extremas sin parar. Ya mas tranquilos tenemos que parar para limpiar el hielo de mis pedales, porque se me deslizan los zapatos en las subidas.
En la ultima subida me quedo sin fuerzas. En ese momento los RooBar son muy útiles. Me como uno y lentamente llego a la cima. No tengo nada de energía, tenemos que encontrar donde descansar, además aquí se siente como -100, tampoco se ven osos para calentarnos la sangre. Tampoco hay por qué pelearnos, para que podamos avanzar otros 30 m a base de nervios. Nos espera la bajada, pero hace tanto frío, que prefiero las subidas, las cuales al menos te calientan. En las bajadas se me congela hasta el cerebro. Al final, el cruzar el circulo polar no es un paseito, menos si no tienes suerte con el tiempo y con la bici.
Bajando en un momento, en el medio de la nada aparece una caja de correo. Cogemos el caminito que sale de allí y llegamos a un lago, donde había un edificio. Delante con letras grandes y rojas ponía que está prohibida la entrada a toda persona ajena, pero hicimos como que no los hemos visto y entramos. Dentro hace tanto calor, que en el primer momento nos quedamos como paralizados. Se acerca una chica simpática, por lo visto la dueña del sitio, y con una sonrisa nos pregunta qué necesitamos. Nos sentimos idiotas, todavía no sabemos que decirle mientras ella está delante nuestra vestida con una simple camiseta. Salgo primera del trance y le digo que venimos desde el océano ártico y solamente queremos calentarnos un poco. Creo que ella nos entiende muy bien y nos dice, que nos podemos quedar cuanto tiempo queremos. Claro, eso no puede seguir mas de diez minutos que si no nos quedamos allí para siempre y el único modo de echarnos fuera será con un helicóptero, el cual nos llevaría al sur. Nos calentamos un rato, usamos un poco el internet y salimos de nuevo.
Fuera ha salido algo de sol y se está mejor. Es justo el momento de parar y prepararnos una comida rica. Entre la vista impresionante y el sol,decidimos sentarnos con la cara hacia e sol. Me siento como recién llegada de algún otro planeta y por primera vez siento los rayos solares en mi cara. No me acuerdo cuándo fue la ultima vez que deseaba tanto ver el sol. Preparamos las maletas y el sol se esconde de nuevo. Pero fue suficiente tiempo para descongelar la carretera y las paradas de limpieza cada 15min empiezan de nuevo. Si sigue así nunca vamos a salir del Circulo Polar.
Slav, muy amargado, encuentra una manera mas fácil. Hace un agujero en el guardabarros, mete allí la manguera de la bomba de agua, y al otro lado la bolsa de agua. Mas o menos funciona, pero en un instante bajan las temperaturas y toda la rueda trasera, con los frenos incluidos, se congela. Desistimos que es tiempo para montar el acampamiento y terminar por hoy.
Montamos la tienda y calculamos que en 23 horas hemos avanzado unos 90 km. Un día muy, muy, pero muy duro. Con ese sol que no se va por debajo del horizonte uno no se da cuenta cuánto tiempo esta viajando. Pero claro, no podemos viajar noche y día sin parar. Eso fue por primera y, espero, por ultima vez en este viaje.
04.06.2015
Esta noche hacia super frío. Me empaqueté como un regalo de navidad y lo pase mas o menos bien, pero Slav tenia tanto frío, que hasta se puso el polar por la noche.
La misión de hoy es encontrar butano para el hornillo. Tenemos para unos dos días mas si gastamos lo mínimo posible. A 100km hay una gasolinera, espero, que las subidas y el tiempo no nos jodan y podamos llegar.
Hace muchísimo frío, dejo mi desayuno a un lado por un momento y se congela. Somos muy lentos, con el frío nos cuesta arrancar. Pero al menos la carretera (y el barro) esta congelada. ¡Bonus!
Al final salimos y después de 15km encontramos un tramo pavimentado. Ni nos enteramos como pasan los siguientes 40km. Paramos para comer y cargar las fuerzas antes de subir el puerto. Poco a poco el tiempo empeora de nuevo. Un grupo de moteros paran al lado y nos avisan que arriba hay nieve. Eso ya no nos molesta teniendo en cuenta el día del ayer. Ademas el paisaje hoy es muy bonito, a los dos lados hay unas montañas preciosas con río entre medias.
Cargados con energía seguimos adelante. En unos kilómetros vemos un Grizlly al lado del río. Está a unos 500-600 metros de nosotros, pero se ve que es enorme. Como estamos bastante lejos, ademas en alto, nos paramos un rato para observarle.
La carretera de nuevo está embarrada y eso empieza a enfadarme. Recuerdo como, antes de salir, mi amigo Vankata me dijo, que el peor enemigo del ciclista es el viento. Pero hay cosas peores que pueden pasar. Me preocupo, que arriba del puerto se pueda congelar la bici de nuevo.
Empezamos subir el puerto. Slav esta enfadado porque no puedo seguir su ritmo y quiere que hagamos una parada para descansar un rato. Tampoco es tan mala idea parar un rato, porque, por lo visto, ese tramo es mas transitado y hay un trafico serio de camiones hacia los dos lados. También aparece niebla y estaba bien que no estemos entre los camiones en un momento como ese. Un coche para y nos avisa que al otro lado de la montaña, al lado de la ultima curva de la bajada han visto un oso muy grande. Eso me asusta un poco, nunca sabes cuánta hambre tiene, cuanto tiempo se quedara por allí o si buscara algún refugio para escapar del mal tiempo.... Un montón de preguntas sin respuestas.
El trafico ya no era tan denso, así que seguimos. Los primeros 600 metros tenemos que empujar por el barro hasta la primera curva. Allí ya nos subimos en las bicis y seguimos pedaleando. Se nos acerca un coche con la ventana abierta y nos regalan un chocolate con pasas y frutos secos. Super, las comemos al momento y seguimos. Lento. Duro. Pero llegamos a la cima, donde nos espera niebla, viento y tormenta de nieve. Muy mal, teniendo en cuenta que nos espera una bajada brutal. Pongo en marcha el dinamo, para que pueda ver mejor. Nos hemos olvidado el oso, así que bajando gritamos con toda la voz "OSSSOOOO OOOSSOOOOOOO...." Los frenos ya empiezan oler de calentamiento, pero ya estamos abajo.
El tiempo al otro lado de la montaña es aun peor. Tenemos que parar, no podemos pedalear en la tormenta, y nos va a atropellar algún camionero por no vernos. Al lado de la carretera se ven una cabañas abandonadas, nos acercamos, pero están tan mal que no nos sirven. Seguimos adelante y llegamos a un sitio que parece mejor.. Nos acercamos y vemos una señal "Prohibido la entrada". Hacemos como que no lo hemos visto y tocamos en a puerta. Sale un hombre con pantalones cortos y sin preguntar nada nos dice que entremos. Dentro se esta calentito. Viene el jefe y nos dicen que no podemos quedarnos dentro, pero podemos montar la tienda en el porche. Eso tampoco esta mal porque las vallas nos protegerán de los osos, además quien sabe cuanto tiempo nos costara encontrar otro sitio para acampar. Aquí el río esta casi al lado de la carretera y no quiero que los osos nos visiten por de noche.
Saliendo Tim nos ofrece quedar un rato para tomar una copa. Es un tío guay. Saca queso, galletas y ron. Nos enseña fotos de su casa, su familia. Slav se emborrachó como un cerdo y vomita al menos 100 veces. En un momento lo encuentro sentado en el suelo en el aseo, abrazado el inodoro. La cosa está mal. Tenemos que montar la tienda, espero que la nieve y el frío no aumenten.
Decido probar el lujo del aseo antes de salir fuera dónde el tiempo está aun peor. Por primera vez desde que hemos empezado veo mi cara en el espejo. El frío ha cobrado el suyo, parece que he vuelto de expedición de los picos altos de Himalaya. Al menos no tengo partes negras por el frío.
Salimos fuera y ¡madre mía! Menos mal que había encontrado un sitio cómodo para la tienda antes. La monto mientras Slav vomita. Arreglo las camas y lo ayudo a entrar en su saco. Caigo dormida con la esperanza de que no vomitará dentro, porque no se sabe cuánto tiempo mas nos espera pasar allí.
Al despertar nos encontramos en medio de una tormenta de nieve. Todo esta blanco y el viento sopla fuerte. Tenemos que esperar. Esto empieza a molestar, si tenemos que quedarnos en hibernación cada dos días nos costará una eternidad cruzar Alaska, ademas perderemos a Djeremi, al cual quiero conocer mejor. Sin hablar, de que no nos llegara la comida.
Lo importante es, que mientras esperamos en la tienda mantenemos viva la paranoia y con cada ruido raro salimos a revisar el perímetro. Lo ridículo es que, incluso si hay oso no sabemos qué vamos a hacer, porque los Gryzllys son grandísimos. Dudo mucho, que saltáramos a proteger nuestro territorio o la comida. No quiero ni saber cuán valiente soy. Y así, unas cuantas horas después, la nevada para.y empiezan verse los rayos del sol. Aunque el viento todavía sopla, salimos fuera y nos preparamos una comida rica. No es que lleváramos algo mas que arroz y espaguetis, pero al menos tenemos muchas especias. Nada mas desayunamos y el cielo de nuevo se cubre con nubes y empieza nevar. Quien sabe hasta cuando tendremos que estar en la tienda. Ya estamos acostumbrados al frío y estamos listos para seguir, pero no con esa visibilidad... Al final por la carretera pasan muchísimos camiones monstruosos, aunque esta cerrada. Es tan aburrido, que echo de menos haber cogido una baraja de cartas.
En el primer momento que pudimos recogemos rápidamente todo, desenterramos la comida y con gana de movernos al final salimos a la carretera. Lo malo es que la "autovia" esta toda embarrada. Eso rápidamente provoca problemas a mi "campesino 4olix". El barro se acumula entre los guardabarros y las ruedas, incluso se pega en la cadena. Estamos obligados aparar a menudo para limpiarla. No quiero ni explicar como se suben colinas con la bicicleta bien cargada, inundándose hasta los pedales de barro, frenándonos, mientras la nieve pega en tu cara con la fuerza del viento. Cansadísimo. En un momento el sol sale por poco y aprovechamos para descansar e comer.
Ahora me doy cuenta, que en tres horas hemos avanzado solamente 25 km. Eso me desmotiva a tope. Claro, las cosas empeoran. El super mega hiper hornillo se atasca, así que tenemos que desmontarlo y limpiarlo. Después de eso decidimos que merecemos un café y barras energéticas. Ya llevamos aquí casi dos horas y alrededor nuestro huele a comida, café y no se que mas... menos mal que sigo paranoica y cada dos por tres estoy mirando a ver si veo osos. Y allí esta a menos de 100m de nosotros y se acerca tranquilito. A ver si puedo reproducir la situación lo mejor posible:
Iana
- Oye Slav, ¿eso no es un oso?
Slav
- ¡Si, es un Grizlly!
Iana
- OSOOOO OOOOSSSSOOOOOO OOSSSOOOOOO....- grito con toda mi voz, masticando y moviendo las manos a todos lados, mientras RooBar, la barra energética, todavía está en mi mano.
Slav
-.......
Menos mal que me puse a leer antes de salir. El oso se para por un momento y después sale corriendo hacia el otro lado. En ese momento ya puedo sentir la adrenalina recorriendo todo mi cuerpo, el corazón, que da saltos en el pecho, pero menos mal que noto todo eso ahora, no antes, cuando tenia que reaccionar. El oso, ya lejos de nosotros, se levanta para vernos bien. En dos patas es tan alto como yo, supongo que es un macho joven, el cual todavía es algo miedoso, pero aun así la adrenalina me ayuda pasar los próximos 20km sin darme cuenta. En ese tramo estaba pensando que el pobre probablemente se acerco para tomar un cafelito caliente y nosotros, los vagabundos maleducados, la hemos expulsado, aunque hace tanto frío. Ahora todos los osos en Alaska pensarán que los búlgaros somos brutos e inhóspitos. Lo mejor es que no sepan, que mi abuela, cuando niña, había comido oso, porque si lo supieran seguramente buscarían vendetta. Manos mal que también tengo voz fuerte, al final eso también es útil.
Así ni nos hemos dado cuenta, cuando hemos legado a la cima de una colina, pero mi 4olix se congeló y no quería seguir mas. Jo...cuánto bajaron tanto las temperaturas, que hasta la bici se congeló... Teníamos que parar de nuevo calentar agua y descongelarlas. Por eso hemos perdido una gran parte de nuestro butano que tampoco había mucho.. Jo tío...la bici recibe ducha caliente antes que nosotros...Hasta las alforjas estaban congeladas, así que teníamos que descongelaras para llegar hasta los guardabarros.
Ya han pasado 11 horas y hablamos avanzado sólo 50km. Eso ya es mucho para Slav que quiere hacer records y la tensión aumenta escandalósamente. Ya estamos a 900 m sobre el mar, hace un frío que te cagas, nos encontramos en medio de una tormenta de nieve y nos gritamos como dios manda. Al menos, gracias del frío, el barro esta congelado y es mas fácil pedalear. Gracias las las pasiones conseguimos no congelarnos, ademas pasamos otros 25 km de subidas y bajadas extremas sin parar. Ya mas tranquilos tenemos que parar para limpiar el hielo de mis pedales, porque se me deslizan los zapatos en las subidas.
En la ultima subida me quedo sin fuerzas. En ese momento los RooBar son muy útiles. Me como uno y lentamente llego a la cima. No tengo nada de energía, tenemos que encontrar donde descansar, además aquí se siente como -100, tampoco se ven osos para calentarnos la sangre. Tampoco hay por qué pelearnos, para que podamos avanzar otros 30 m a base de nervios. Nos espera la bajada, pero hace tanto frío, que prefiero las subidas, las cuales al menos te calientan. En las bajadas se me congela hasta el cerebro. Al final, el cruzar el circulo polar no es un paseito, menos si no tienes suerte con el tiempo y con la bici.
Bajando en un momento, en el medio de la nada aparece una caja de correo. Cogemos el caminito que sale de allí y llegamos a un lago, donde había un edificio. Delante con letras grandes y rojas ponía que está prohibida la entrada a toda persona ajena, pero hicimos como que no los hemos visto y entramos. Dentro hace tanto calor, que en el primer momento nos quedamos como paralizados. Se acerca una chica simpática, por lo visto la dueña del sitio, y con una sonrisa nos pregunta qué necesitamos. Nos sentimos idiotas, todavía no sabemos que decirle mientras ella está delante nuestra vestida con una simple camiseta. Salgo primera del trance y le digo que venimos desde el océano ártico y solamente queremos calentarnos un poco. Creo que ella nos entiende muy bien y nos dice, que nos podemos quedar cuanto tiempo queremos. Claro, eso no puede seguir mas de diez minutos que si no nos quedamos allí para siempre y el único modo de echarnos fuera será con un helicóptero, el cual nos llevaría al sur. Nos calentamos un rato, usamos un poco el internet y salimos de nuevo.
Fuera ha salido algo de sol y se está mejor. Es justo el momento de parar y prepararnos una comida rica. Entre la vista impresionante y el sol,decidimos sentarnos con la cara hacia e sol. Me siento como recién llegada de algún otro planeta y por primera vez siento los rayos solares en mi cara. No me acuerdo cuándo fue la ultima vez que deseaba tanto ver el sol. Preparamos las maletas y el sol se esconde de nuevo. Pero fue suficiente tiempo para descongelar la carretera y las paradas de limpieza cada 15min empiezan de nuevo. Si sigue así nunca vamos a salir del Circulo Polar.
Slav, muy amargado, encuentra una manera mas fácil. Hace un agujero en el guardabarros, mete allí la manguera de la bomba de agua, y al otro lado la bolsa de agua. Mas o menos funciona, pero en un instante bajan las temperaturas y toda la rueda trasera, con los frenos incluidos, se congela. Desistimos que es tiempo para montar el acampamiento y terminar por hoy.
Montamos la tienda y calculamos que en 23 horas hemos avanzado unos 90 km. Un día muy, muy, pero muy duro. Con ese sol que no se va por debajo del horizonte uno no se da cuenta cuánto tiempo esta viajando. Pero claro, no podemos viajar noche y día sin parar. Eso fue por primera y, espero, por ultima vez en este viaje.
04.06.2015
Esta noche hacia super frío. Me empaqueté como un regalo de navidad y lo pase mas o menos bien, pero Slav tenia tanto frío, que hasta se puso el polar por la noche.
La misión de hoy es encontrar butano para el hornillo. Tenemos para unos dos días mas si gastamos lo mínimo posible. A 100km hay una gasolinera, espero, que las subidas y el tiempo no nos jodan y podamos llegar.
Hace muchísimo frío, dejo mi desayuno a un lado por un momento y se congela. Somos muy lentos, con el frío nos cuesta arrancar. Pero al menos la carretera (y el barro) esta congelada. ¡Bonus!
Al final salimos y después de 15km encontramos un tramo pavimentado. Ni nos enteramos como pasan los siguientes 40km. Paramos para comer y cargar las fuerzas antes de subir el puerto. Poco a poco el tiempo empeora de nuevo. Un grupo de moteros paran al lado y nos avisan que arriba hay nieve. Eso ya no nos molesta teniendo en cuenta el día del ayer. Ademas el paisaje hoy es muy bonito, a los dos lados hay unas montañas preciosas con río entre medias.
Cargados con energía seguimos adelante. En unos kilómetros vemos un Grizlly al lado del río. Está a unos 500-600 metros de nosotros, pero se ve que es enorme. Como estamos bastante lejos, ademas en alto, nos paramos un rato para observarle.
La carretera de nuevo está embarrada y eso empieza a enfadarme. Recuerdo como, antes de salir, mi amigo Vankata me dijo, que el peor enemigo del ciclista es el viento. Pero hay cosas peores que pueden pasar. Me preocupo, que arriba del puerto se pueda congelar la bici de nuevo.
Empezamos subir el puerto. Slav esta enfadado porque no puedo seguir su ritmo y quiere que hagamos una parada para descansar un rato. Tampoco es tan mala idea parar un rato, porque, por lo visto, ese tramo es mas transitado y hay un trafico serio de camiones hacia los dos lados. También aparece niebla y estaba bien que no estemos entre los camiones en un momento como ese. Un coche para y nos avisa que al otro lado de la montaña, al lado de la ultima curva de la bajada han visto un oso muy grande. Eso me asusta un poco, nunca sabes cuánta hambre tiene, cuanto tiempo se quedara por allí o si buscara algún refugio para escapar del mal tiempo.... Un montón de preguntas sin respuestas.
El trafico ya no era tan denso, así que seguimos. Los primeros 600 metros tenemos que empujar por el barro hasta la primera curva. Allí ya nos subimos en las bicis y seguimos pedaleando. Se nos acerca un coche con la ventana abierta y nos regalan un chocolate con pasas y frutos secos. Super, las comemos al momento y seguimos. Lento. Duro. Pero llegamos a la cima, donde nos espera niebla, viento y tormenta de nieve. Muy mal, teniendo en cuenta que nos espera una bajada brutal. Pongo en marcha el dinamo, para que pueda ver mejor. Nos hemos olvidado el oso, así que bajando gritamos con toda la voz "OSSSOOOO OOOSSOOOOOOO...." Los frenos ya empiezan oler de calentamiento, pero ya estamos abajo.
El tiempo al otro lado de la montaña es aun peor. Tenemos que parar, no podemos pedalear en la tormenta, y nos va a atropellar algún camionero por no vernos. Al lado de la carretera se ven una cabañas abandonadas, nos acercamos, pero están tan mal que no nos sirven. Seguimos adelante y llegamos a un sitio que parece mejor.. Nos acercamos y vemos una señal "Prohibido la entrada". Hacemos como que no lo hemos visto y tocamos en a puerta. Sale un hombre con pantalones cortos y sin preguntar nada nos dice que entremos. Dentro se esta calentito. Viene el jefe y nos dicen que no podemos quedarnos dentro, pero podemos montar la tienda en el porche. Eso tampoco esta mal porque las vallas nos protegerán de los osos, además quien sabe cuanto tiempo nos costara encontrar otro sitio para acampar. Aquí el río esta casi al lado de la carretera y no quiero que los osos nos visiten por de noche.
Saliendo Tim nos ofrece quedar un rato para tomar una copa. Es un tío guay. Saca queso, galletas y ron. Nos enseña fotos de su casa, su familia. Slav se emborrachó como un cerdo y vomita al menos 100 veces. En un momento lo encuentro sentado en el suelo en el aseo, abrazado el inodoro. La cosa está mal. Tenemos que montar la tienda, espero que la nieve y el frío no aumenten.
Decido probar el lujo del aseo antes de salir fuera dónde el tiempo está aun peor. Por primera vez desde que hemos empezado veo mi cara en el espejo. El frío ha cobrado el suyo, parece que he vuelto de expedición de los picos altos de Himalaya. Al menos no tengo partes negras por el frío.
Salimos fuera y ¡madre mía! Menos mal que había encontrado un sitio cómodo para la tienda antes. La monto mientras Slav vomita. Arreglo las camas y lo ayudo a entrar en su saco. Caigo dormida con la esperanza de que no vomitará dentro, porque no se sabe cuánto tiempo mas nos espera pasar allí.
05.06.2015
Al despertar esta lloviendo. Eso significa que la carretera estará fatal y no podemos salir inmediatamente. Pero eso esta bien, porque Slav se siente mal por lo de ayer. A mi también me duele un poco la cabeza, pero estoy bien. El ron es una bebida muy peligrosa. Mientras esperamos que el barro se congele nos dedicamos a las bicicletas.
La cadena, los piñones y los platos están oxidados y tienen que limpiarse de todo el barro y engrasarse. Las ruedas y los frenos tienen que ser limpiados de barro también. No es fácil..
Comemos, arreglamos las bicis, la higiene, pero la carretera sigue estando mal. Por cierto, nos dicen que la carretera ya esta arreglada. Esperábamos que habrá un ejercito de camiones transitando, pero nada de eso.
Para que pasa el tiempo os contare la borrachera de Slav.
Slav desaparecía de vez en cuando, no tengo bien claro qué es lo que pasa, Tim también, pero lo dejamos tranquilo por no molestarlo. En un momento voy al aseo y lo encuentro abrazado el vater mirando en un punto. Digo "Madre miaaaaaa" y el se ríe como tonto. Cuando salimos fuera lo hago correr por si lo ayuda. También le doy de comer nieve para hidratarse. Me preocupo que no vomite durmiendo, pero como que ya no tiene nada que vomitar.
Uf, aburrimiento. Por lo visto hoy nos quedamos aquí. Tenemos que acostumbrarnos, que el tiempo no le importa qué es lo bueno para nosotros.
Al despertar esta lloviendo. Eso significa que la carretera estará fatal y no podemos salir inmediatamente. Pero eso esta bien, porque Slav se siente mal por lo de ayer. A mi también me duele un poco la cabeza, pero estoy bien. El ron es una bebida muy peligrosa. Mientras esperamos que el barro se congele nos dedicamos a las bicicletas.
La cadena, los piñones y los platos están oxidados y tienen que limpiarse de todo el barro y engrasarse. Las ruedas y los frenos tienen que ser limpiados de barro también. No es fácil..
Comemos, arreglamos las bicis, la higiene, pero la carretera sigue estando mal. Por cierto, nos dicen que la carretera ya esta arreglada. Esperábamos que habrá un ejercito de camiones transitando, pero nada de eso.
Para que pasa el tiempo os contare la borrachera de Slav.
Slav desaparecía de vez en cuando, no tengo bien claro qué es lo que pasa, Tim también, pero lo dejamos tranquilo por no molestarlo. En un momento voy al aseo y lo encuentro abrazado el vater mirando en un punto. Digo "Madre miaaaaaa" y el se ríe como tonto. Cuando salimos fuera lo hago correr por si lo ayuda. También le doy de comer nieve para hidratarse. Me preocupo que no vomite durmiendo, pero como que ya no tiene nada que vomitar.
Uf, aburrimiento. Por lo visto hoy nos quedamos aquí. Tenemos que acostumbrarnos, que el tiempo no le importa qué es lo bueno para nosotros.
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